La
Revolución de la Información
Actualmente la irrupción y desarrollo de las nuevas
tecnologías están conformando una serie de cambios estructurales a nivel
económico, político, profesional, social, educativo y hasta en la forma de
comunicarnos. Así pues, se está consolidando una nueva forma de entender el
conocimiento en donde la información aparece como el elemento central alrededor
del cual surgen todos los días nuevas oportunidades.
Ya fue hace unos añitos cuando se empieza a hablar de la
"sociedad de la información" como una especie de cornucopia
que abanderaría una constante sucesión de cambios transcendentales en la
sociedad y en la gestión de los modelos corporativos. Causando la muerte así de
viejos arquetipos empresariales como la jerarquía de los jefes respecto a los
trabajadores o como la relación vertical de las empresas y sus clientes. Hoy,
ya no basta con producir en masa bienes tangibles como se hacía otrora en el
modelo industrial, se trata ahora de generar un valor añadido al cliente que no
ha de estar vinculado necesariamente con bienes materiales, sino más bien a la
gestión de la información con productos informacionales, publicidad en redes
sociales, reputación online, e-commerce, definición de la identidad
corporativa, social comerse, responsabilidad social, gestión de imagen, juegos
sociales, en definitiva un valor añadido más allá del bien o servicio
producido.
La sociedad actual considera la información como el “nuevo
oro”, pero con una gran diferencia y es que es esta información es accesible a todo
el mundo. Las nuevas tecnologías de la información se han convertido en
el "factor clave de la competitividad".
De la “sociedad de la información” a la “sociedad
del conocimiento” hay un pequeño paso para el hombre pero un gran paso
para la humanidad, ya que la información se ha tomado a veces como equivalente
a conocimiento. Sin embargo, hay muchas diferencias puesto que la información
es un concepto estático o descriptivo y el conocimiento es más un
procedimiento, un proceso de aprendizaje de la información, de análisis de la
misma y de toma de decisiones, de comisión de errores y búsqueda de soluciones
que aporten valor.
La información por tanto no es en sí conocimiento, pero sí
es un elemento intrínseco del mismo, puesto que la información no genera
conocimiento sino se añade a otro factor fundamental como es la creatividad o
el ingenio.
INFORMACIÓN + CREATIVIDAD = CONOCIMIENTO
El conocimiento crea valor porque aporta soluciones nuevas y
mejores que las ya existentes. A lo largo de la historia de la humanidad se han
identificado tres etapas importantes, denominadas “olas de la
revolución del conocimiento”, caracterizadas por suponer un cambio rápido y
profundo en cada época lo que las hace fácilmente identificables. Estas tres
etapas son producto del conocimiento adquirido por la nueva gestión de la
información que disponían en cada momento.
TRES REVOLUCIONES
1.- Revolución Agrícola o Revolución Neolítica en
el VIII milenio a.C. Es el paso de la vida nómada a la sedentaria, gracias al
descubrimiento de la agricultura. Se crea una civilización urbanita con todos
los efectos que ésta conlleva en el desarrollo de la humanidad. Esta
transformación económica se desarrolló por la influencia del cambio climático
que obligó a la humanidad a dejar las montañas y bajar a las tierras de los
valles en busca de comida.
2.- Revolución
Industrial. Iniciada segunda mitad del s. XVIII en Inglaterra y
progresivamente se expande por todo el mundo. Se pasa de la manufactura a la
producción industrial en masa. Su contexto histórico se encuentra el factor
clave de este cambio: epidemias mortales y necesidad de trabajo. Nuevamente se
dan la mano la necesidad y la creatividad para la solución de los problemas.
3.- Revolución de la Información. A Finales del s. XX se produce
una generalización de acceso a la información. De las tres olas, esta es la más
drástica y rápida. De mayor profundidad y de consecuencias todavía
desconocidas. Esto se debe a que el acceso a información es ilimitados. Factor
transcendental ya que se pasa a depender como factor clave de éxito de recursos
del conocimiento que al contrario de los recursos materiales o financieros su
aumento constante produce un incremento cada vez mayor de la producción, lo que
los economistas denominan rendimientos crecientes, es decir, que se enriquecen
con su uso.
CARACTERÍSTICAS DE LA ÉPOCA ACTUAL
Con la relación existente entre el gigante crecimiento tecnológico, la era de
la información y la economía global, el cambio es ahora el estado
normal de la vida y de los negocios.
Si analizamos las más grandes empresas de los 90 y las que se reunieron hace un
mes con el presidente Obama para impulsar la economía del país, nos damos
cuenta de que las cosas ya no son lo que eran!
Obama se reunió, en casa de John Doerr (inversor y fundador de exitosas
compañías de tecnología como Amazon.com, Compaq, Google, Netscape, etc) en Silicon
Valley, para cenar con los llamados Titanes de la Tecnología: Steve Jobs
(Apple), Mark Zuckerberg (Facebook), Google, Yahoo!, Cisco, Twitter, Oracle,
NetFlix … ni siquiera la antes todo poderosa Microsoft fue invitada.
La mayoría de estas empresas hace 10 años ni siquiera existían y hoy son el
motor económico de la primera potencial mundial y el principal acaparador de
profesionales altamente cualificados. Mientras, en España, la innovación
desciende y la tasa de desempleo de los jóvenes con estudios superiores dobla
la media europea (6%). Además es el país donde se da la mayor tasa de paro
juvenil de la UE (43%), y donde el desempleo tiene más incidencia entre las
personas con mayor nivel de formación.
Empresas modélicas y líderes de sus mercados como Kodak,
General Motors o Philips han perdido presencia en el mercado por no saber
adaptarse a los nuevos cambios. Kodak asistió atónita al espectacular
crecimiento de la fotografía digital no haciendo absolutamente nada y la
empresa se vio desplazada por competidores que hace que años ni tan siquiera
existían o no estaban presentes en su mercado como Samsung, Nokia, Sony, Casio,
… Philips fue barrida del mercado por la japonesa Sony. General Motors en el
2008 ha visto como el precio de sus acciones bajaba a niveles de 1946. Por no
hablar de la quiebra de Lehman Brothers, el único banco de Wall Street que
sobrevivió al crack del 29 y que no ha sobrevivido a los últimos cambios.
El cambio se vuelve una constante. "El cambio es la única cosa
inmutable" afirmaba el filósofo alemán Arthur
Schopenhauer, en la misma línea hace más de 2500 años el gran maestro chino Confucio instruía
a sus discípulos: “Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes
deberá acomodarse a frecuentes cambios.” Pongamos un ejemplo claro de
cómo la adopción del cambio se acelera exponencialmente. Fijémonos en el tiempo
que ha tardado la radio en alcanzar la cifra de 50 millones de usuarios,
cuarenta años!!! la televisión sólo 14, Internet lo consiguió sólo en 4, el
iPod en 3 y Facebook en 2. Otro ejemplo son las noticias, antes leíamos las
noticias de ayer en el periódico hoy; hoy con Internet seguimos las noticias de
“ahora” constantemente a tiempo real y las veremos en la prensa escrita mañana.
Los 10 puestos de trabajo más demandados en el 2010 no existían en el 2004.
Estamos formando en las universidades a personas que trabajarán en trabajos que
ahora no existen, con tecnologías no inventadas que solucionaran problemas hoy
en día ni siquiera somos capaces de imaginar.
El cambio se ha convertido en regla y la estabilidad en
excepción. Estamos ante una nueva economía, que algunos vienen en
llamar "economía digital", "economía en
red", "sociedad de la información", "tercera
ola",… Hemos pasado de la producción en masa venida tras la Segunda
Guerra Mundial a una época de exceso de oferta, que nos obliga a mejorar cada
día, a aportar más, a diferenciarnos y a hacernos especiales. Por ello, debemos
orientar nuestros esfuerzos en la optimización de la tecnología y sobre todo a
la conversión del talento, entendido como conocimiento, creatividad e
innovación como modelo de creación sostenible de valor.
El factor desencadenante de esta revolución ha sido el uso
intensivo de las nuevas tecnologías de la información y las
comunicaciones que han facilitado el acceso a toda la información del mundo a
un público extraordinario poniéndola a distancia de un solo “clic”. En un mundo
donde todo el mundo puede obtener información sobre cualquier tema, a cualquier
hora, desde cualquier sitio, las 24 horas del día, los 365 días del año, la
diferencia va a radicar en la creatividad que tengamos para saber aprovechar el
zumo de la gran naranja de la información.
La innovación e Internet abren un mundo de nuevas posibilidades y
el que no lo sepa ver le pasará como al presidente del banco de ahorros de
Michigan que en 1903 dijo a Henry Ford que no invirtiera en el Ford T porque:
“El caballo esta aquí para quedarse, el coche están sólo
una moda pasajera”.
Henry Ford afortunadamente desoyó los consejos de aquel especialista en
inversiones y creó una de las más grandes compañías del mundo convirtiéndose en
multimillonario. Yo sólo espero que no nos pase esto y que entendamos que no
estamos ante una Época de Cambios sino ante un verdadero Cambio
de Época, donde tenemos la tecnología e información suficiente para que
casi todo lo que imaginemos se pueda hacer realidad… Solo cabe pregunarse: ¿Qué
sorpresas nos deparará el futuro?